En septiembre brinda por el verano con una copa de Cannonau o de Vermentino di Gallura. Combina tus vacaciones en el mar con el descubrimiento de la cultura campesina de la isla y sus sabores.
Cuando pensamos en Cerdeña, nos vienen a la mente playas y calas escondidas, aguas cristalinas y paisajes impresionantes. Pero hay otro tesoro que la isla guarda celosamente: sus vinos. Cannonau, Carignano y Vermentino no son solo nombres para recordar, sino verdaderos embajadores de una tradición vitivinícola milenaria que ha echado raíces profundas en esta tierra.
Septiembre es el mejor mes para rendir homenaje a la cultura campesina de la isla entre fiestas, ferias y el imperdible rito de la vendimia. Es la ocasión ideal para descubrir prestigiosas bodegas y beber un buen vino, quizás acompañado de una buena tabla de quesos y embutidos de la isla o de especialidades típicas de la tierra o del mar.
Una historia que hunde sus raíces en el pasado
La viticultura en Cerdeña no es una moda pasajera. Es una historia antigua que se remonta a miles de años atrás. Los fenicios, grandes navegantes, surcaron los mares para el comercio llevando consigo también la cultura de la vid. A partir de ahí, púnicos, romanos, bizantinos e incluso ibéricos contribuyeron a hacer evolucionar esta tradición, introduciendo nuevas variedades de vides que hoy hacen única la producción vitivinícola sarda.
Uno de los secretos que hace que estos vinos sean tan especiales es el clima único de la isla. Cerdeña goza de condiciones climáticas ideales para la viticultura: el sol generoso, la brisa marina y las temperaturas suaves crean un entorno perfecto para cultivar uvas de alta calidad. Pero no es solo el clima lo que marca la diferencia. La fertilidad del suelo, rico y variado, se combina con la influencia beneficiosa del mar, otorgando a los vinos sardos esas características únicas que los hacen inconfundibles. Es esta mezcla de elementos naturales lo que transforma cada botella de vino sardo en una verdadera obra maestra, capaz de contar la esencia misma de la tierra de la que proviene.
Cannonau: el vino tinto más famoso de Cerdeña
Entre las muchas variedades de uva cultivadas, algunas se han convertido en símbolos indiscutibles de la isla. El Cannonau di Sardegna DOC, por ejemplo, es un vino tinto de carácter decidido, con intensos aromas de frutos rojos y notas de matorral mediterráneo. Se combina perfectamente con platos de carne, caza y quesos curados, llevando a la mesa un trozo de la historia sarda. Pero no es todo: se ha demostrado que esta variedad de uva en particular posee una cantidad de polifenoles, antioxidantes naturales, entre 5 y 10 veces mayor que la de sus contrapartes en otras partes del mundo. Uno de los secretos de las llamadas zonas azules, las áreas del mundo donde las personas viven más tiempo que la media, y que incluye también a Cerdeña.
Vermentino: el sol de la Gallura en un vaso
Si hablamos de vinos blancos, el Vermentino es sin duda el rey indiscutible de Cerdeña. Este vino, que brilla en la copa con su color amarillo pajizo y reflejos verdosos, tiene un aroma intenso que recuerda a frutas exóticas y notas vegetales. Perfecto como aperitivo, es un compañero ideal para platos de pescado, carnes blancas y quesos frescos. Aunque sus orígenes aún están envueltos en misterio, es en la Gallura, con sus suelos graníticos y el viento de mistral, donde el Vermentino encuentra su máxima expresión. No es casualidad que existan dos variedades de vermentino, el DOC producido en toda Cerdeña y el Gallura DOCG (la única DOCG de toda Cerdeña) producido solo en esta parte de la isla.
Selección Delphina: una experiencia gastronómica exclusiva
Para quienes desean vivir una experiencia enológica única, estamos muy orgullosos de haber incluido en la Selección Delphina vinos embotellados exclusivamente para nuestros huéspedes. Ocho vinos finos, fruto de una rigurosa selección, que cuentan la esencia de Cerdeña. Entre ellos encontramos tres blancos, entre ellos el Vermentino di Gallura, dos tintos, entre ellos un preciado Cannonau di Sardegna y un rosado. Y para quienes aman las burbujas, también hay dos vinos de aperitivo: Trame Brut Rosé y Abà, un espumoso método clásico producido vinificando uvas Vermentino y Chardonnay cuidadosamente seleccionadas. Para los amantes de los sabores dulces, hay el Moscato Passito di Sorso Sennori, perfecto para disfrutar con los postres típicos sardos o con quesos azules, y Murruai, una vernaccia DOC envejecida 10 años.
Los vinos sardos no son solo bebidas, sino verdaderas historias en botella. Cada sorbo es un viaje que nos lleva entre colinas azotadas por el viento, a lo largo de costas soleadas y entre viñedos que durante milenios han hecho de Cerdeña una isla única en el mundo. Si aún no los has probado, es el momento de dejarte llevar por estos sabores auténticos y descubrir la naturaleza sarda en un vaso.